Montañeras 2017-2018
El colegio Mater Salvatoris ha formado un grupo llamado montañeras, grupo del que formo parte. Este grupo se reúne un sábado al mes para subir una montaña, además de organizar alguna otra actividad de vez en cuando.
Este año ha sido muy especial para las niñas de 1º de bachillerato que forman parte de este grupo, pues nos hemos estado preparando para ser monitoras, o como nosotras lo llamamos; "(sub)jefas".

Al estar formándonos, cada vez se nos han ido dando más responsabilidades, de las cuales muchas, al ser experiencias nuevas y desconocidas, nos han supuesto un desafío. A mi, por ejemplo, me costó mucho cuando nos pidieron que hiciésemos nosotras la ruta de la siguiente excursión, pues nunca lo había hecho y mi orientación es especialmente mala, además de que era una gran responsabilidad y compromiso hacerlo bien, pues nosotras íbamos a guiar a la cima de una montaña a un grupo de unas 100 niñas. Sin embargo, al ser trabajo en equipo, nos ayudamos mutuamente, y a las que se le daba mejor se lo explicaban a las otras. Al final, afronté este desafío y desarrolle una nueva habilidad: la de guía.
Otros retos de los cuales acabe aprendiendo fue, por ejemplo, el hacer crónicas o preparara y dirigir la formación (una "charla educativa" que se da sobre un tema determinado el día de la excursión). Pude desarrollar mucho mis habilidades en aspectos que estaban un poco flojos. Por ejemplo, explicar las cosas y la redacción de artículos (crónicas), además de hablar en público. También aprendí cosas nuevas sobre mí, como que preparar las formaciones se me daba mucho mejor de lo que pensaba pues siempre se me ocurrían ejemplos; sin embargo, presentarlas me es más difícil y era algo que fui mejorando poco a poco.
También aprendimos mucho de la superación de uno mismo y de la importancia el trabajo en equipo a través de una acción que parece tan simple como subir una montaña. Muchas veces estábamos muy cansadas y queríamos pararnos, pero en vez de dejarnos llevar por esta tentación nos superábamos a nosotras mismas y seguíamos andando, aunque fuese más despacio, seguíamos andando. Esto a su vez hacía que nos conociésemos más a nosotras mismas: cuales son nuestros límites, pues muchas veces nos autolimitamos y pensamos que solo llegamos hasta el 60 cuando en el fondo podemos llegar hasta el 100. Asimismo, también, conociéndonos, a veces nos dabamos cuenta de que teníamos puntos flojos y que pararse y dejarse ayudar era lo mejor, pues por ejemplo lo más inteligente si te estás mareando no es seguir andando.
En el dejarte ayudar entra en juego el trabajo en equipo, pues a final somos un grupo que nos ayudamos unas a otras, animándonos, ayudadonos y dejándonos ayudar. Yo creo que todas somos conscientes de la importancia de lo que significa ser un grupo, pues es juntas como llegamos más lejos. Personalmente, si no fuera porque no estoy sola, no llegaría ni a la mitad de ninguna cima.